Carolina Espinosa Luna
En esta entrada expongo los 11 errores más comunes en el análisis de entrevistas cualitativas que cometen estudiantes en ciencias sociales, de acuerdo con mi experiencia docente. Estos errores se refieren a distintos momentos del trabajo de campo, desde la selección de la entrevista como técnica hasta los sesgos en el análisis y las consideraciones éticas. Al final se concluye con una invitación a no desanimarse en el levantamiento de información, antes bien, se trata de tomar riesgos y evaluar aprendizajes.
Identificar errores para mejorar el trabajo de campo
En los últimos meses he revisado a detalle más de 50 entrevistas realizadas por tesistas de ciencias sociales de licenciatura, maestría y doctorado. El propósito inicial de esa revisión era ofrecerles herramientas para el análisis de sus entrevistas y apoyar la conclusión de sus tesis. Sin embargo, antes de llegar a la fase de análisis noté que las y los tesistas cometían muchos errores en el diseño del guión, el levantamiento de información, el «ritmo» de las entrevistas, la coherencia metodológica y las consideraciones éticas, entre otros.
En este texto expongo los 11 errores más reiterados o más graves que identifiqué con el propósito de que aquellas y aquellos tesistas, que están por comenzar su trabajo de campo, se encuentren en mejores condiciones de llevarlo a cabo y concluirlo exitosamente.
1: Aplicar entrevistas cuando queda mejor otra técnica de investigación
Las entrevistas sirven para conocer cómo se perciben las personas entrevistadas a sí mismas y a las demás, cómo interpretan lo que les acontece y el mundo que les rodea. Es decir, son una herramienta para conocer la construcción de sentido en un mundo «común y compartido» (para decirlo en términos constructivistas). Las entrevistas permiten explorar el pasado de las personas entrevistadas —por eso son útiles para trayectorias de vida— y sus expectativas sobre el futuro.
En cambio, si el objetivo de la investigación es conocer regularidades o rutinas de la vida cotidiana —como el quehacer de una organización formal, las formas de reproducción social o los traslados en el transporte público—, entonces quizá quede mejor la observación participante. Asimismo, si se trata de conocer opiniones, sentido común, posiciones en torno a un tema, puntos en común y en conflicto, entonces sugiero el uso de grupos de discusión.
2: Levantar cuestionarios cerrados
Cuando se aplican cuestionarios cerrados, con preguntas muy dirigidas, se corre el riesgo de obtener respuestas breves, monosílabos o enunciados de dos o tres líneas. Las entrevistas realizadas de esta forma no son muy útiles para el análisis cualitativo porque este requiere de narraciones. Las narraciones, de acuerdo con Jürgen Habermas,
nos permiten ver cómo identificamos y describimos los estados y sucesos que se producen en el mundo de vida, cómo entrelazamos y secuencializamos en el espacio social y en el tiempo histórico las interacciones de los miembros del grupo, cómo explicamos desde la perspectiva del dominio de situaciones las acciones de los individuos y los sucesos que le sobrevienen, las hazañas de los colectivos y los destinos que estos sufren
Habermas (1992:194).
De tal suerte que una buena entrevista es aquella en donde se consiguen narraciones profundas y exhaustivas, pero no sobre cualquier asunto, sino sobre los asuntos que responden a nuestra pregunta de investigación. Lo mejor es usar un guion flexible, que se vaya adaptando a cada informante y al propio proceso de la investigación.
3: Pedir a las personas entrevistadas que definan nuestros conceptos.
Comúnmente reviso entrevistas en donde las y los estudiantes preguntan a sus informantes cosas como «¿Qué es para ti decolonialidad?» o «¿Qué significa para ti la violencia?». En lugar de pedir definiciones conceptuales propongo preguntas como «¿Me puedes hablar de tu experiencia militante o activista?» o «Con relación a la agresión que sufriste, ¿me puedes contar cómo empezó todo?»
En primer lugar, si preguntamos a las personas entrevistadas qué entienden por desigualdad, género, maternidad, etcétera, corremos el riesgo de tener respuestas racionales o definiciones coherentes, pero la vida no es tan racional como la contamos. En segundo lugar, puede ser que las personas entrevistadas se sientan examinadas o puestas a prueba, que pierdan confianza o se sientan incómodas durante la entrevista. Finalmente, no preguntamos por conceptos porque lo que nos interesa es conocer sus experiencias, cómo responden ante ellas, cómo se perciben a sí mismas frente a sus vivencias. A menos que nuestro objetivo sea conocer opiniones (y en ese caso recomiendo grupos de discusión), no pidamos que definan nuestros conceptos.
4: Pedir a las personas entrevistadas que respondan nuestras preguntas de investigación
Este error es primo hermano del anterior. Cuando le pedimos a las personas que respondan nuestras preguntas de investigación estamos suponiendo (quizá inconscientemente) que el conocimiento se puede acceder de manera directa. En caso de ser así, no tendría sentido hacer investigación: el conocimiento sería evidente.
El propósito de las entrevistas es juntar datos para identificar regularidades o patrones (que no se perciben a simple vista) para discutirlos teóricamente. Así que no pidan a sus informantes que respondan sus preguntas de investigación, mejor pregunten por sus experiencias, vivencias o historias y encuentren en ellas los patrones de lo social.
5: Hacer preguntas especializadas que han sido respondidas en la literatura vigente
A menos que su objeto de estudio sean las opiniones expertas de un grupo de especialistas (como análisis de opinión o del discurso), no esperen que sus informantes respondan preguntas especializadas que han sido resueltas en libros de historia, teoría o investigaciones empíricas.
Por ejemplo, no creo que sea muy productivo preguntarle a nuestros informantes sobre las causas de la inflación, la historia del feminismo o los motivos de la violencia. Lo que buscamos con entrevistas cualitativas no es el conocimiento especializado, sino cómo se experimenta la inflación, la militancia feminista o los eventos de violencia; en suma, cómo las personas se abren paso frente a lo que les acontece.
6: En el caso de organizaciones formales, preguntar si cumplen sus reglas u objetivos formales.
Gracias a la sociología organizacional sabemos que las organizaciones formales hacen muchas cosas para las que no fueron creadas, sabemos que las reglas informales son una constante en el quehacer organizacional (sugiero los trabajos de Etzioni, Simon, Cohen, March y Olsen), de tal suerte que no tiene sentido preguntar por el cumplimiento de la formalidad. Además, si lo hacemos corremos el riesgo de que nos den respuestas políticamente correctas que no sean muy ricas para la comprensión de la complejidad de los fenómenos sociales. Mi sugerencia es que pregunten qué hacen sus informantes ante determinada situación o procedimiento o, mejor aún, hagan observación participante y trabajo etnográfico organizacional.
7: Suponer que los mismos hechos tienen los mismos significados para todas las personas entrevistadas o actore/as involucradas y para uno mismo o una misma
La sociedad es posible no porque compartamos significados, sino porque orientamos nuestro comportamiento tomando a los demás como referencia. El mismo hecho (por ejemplo, una desaparición, un embarazo, una guerra, una elección política) puede tener distintos significados para las personas que los experimentan. Por ejemplo, para un médico un embarazo puede ser un asunto de salud, para una mujer puede ser un obstáculo en su desarrollo profesional o un caso de realización personal. Cuando hacemos entrevistas buscamos conocer cómo, a pesar de tener distintos significados, las personas se vinculan unas con otras y hacen posibles los fenómenos sociales que estamos estudiando.
Lo mismo aplica cuando las personas entrevistadas nos dicen que una experiencia fue hermosa, horrible, frustrante, etcétera. No den por hecho que entienden lo que quiso decir, pregunten a sus informantes a qué se refieren, profundicen en las percepciones de los actore/as. Además de despejar dudas sobre los significados, percepciones e interpretaciones, abrirán la oportunidad de que profundicen en sus narraciones y ofrezcan detalles.
8: Casarse con las hipótesis o convicciones personales
Este me parece de los errores más tristes porque se pierde mucha riqueza en el análisis. Cuando nos cegamos por nuestras hipótesis o nuestras convicciones personales o políticas perdemos la oportunidad de encontrar información que enriquezca un campo de conocimiento. Además, dejamos de ver la complejidad de las cosas y usamos a nuestros o nuestras informantes con fines instrumentales.
Una de las mayores lecciones que aprendí en el doctorado fue con mi profesor de etnografía, Pablo Semán. Yo estaba obsesionada con observar víctimas donde no las había y me dijo: «Carolina, tienes que problematizar tus convicciones». Nunca olvidé esa frase y la aplico cada vez que estoy frente a una transcripción.
9: Hacer entrevistas para resolver problemas que la literatura ya resolvió
A veces tenemos inquietudes personales que queremos resolver con nuestras tesis o proyectos de investigación; sin embargo, resulta que son temas generales que ya han sido abordados y resueltos en las ciencias sociales, lo que hace que nuestro trabajo pierda relevancia. Sugiero leer suficientes investigaciones empíricas sobre sus temas de investigación, tratar de encontrar vacíos, hacer una o dos entrevistas exploratorias, volver a la literatura y definir un problema de investigación complejo pero muy específico.
10. Terminar el trabajo de campo sin haber definido el problema de la investigación
Una vez tuve una estudiante que había realizado 30 entrevistas. Me consultó si eran suficientes o si debía hacer más. Le pedí que me explicara su pregunta de investigación para poder ayudarla; sin embargo, no tenía claro cuál era su pregunta, problematización ni objetivos. No podía identificar un punto de saturación porque no sabía con precisión lo que quería encontrar.
Me parece correcto hacer de una a tres entrevistas exploratorias, dar paso al análisis de las mismas, para finalmente revisar la literatura y definir la pregunta de investigación. Al proceder de esta forma, estamos en mejores condiciones de volver al campo y continuar el trabajo de recolección de información. Lo que no considero adecuado es avanzar y avanzar en el trabajo de campo sin una pregunta clara: es como ir a ciegas.
11: Omitir las consideraciones éticas en el levantamiento y análisis de información
A veces pensamos que las consideraciones éticas se refieren al consentimiento informado y nada más, pero tienen que ver con respetar la integridad, dignidad y privacidad de las personas entrevistadas. Nuestros estudios tienen implicaciones en las personas y en la sociedad a lo largo de todo el proceso de generación del conocimiento.
De acuerdo con mi experiencia en la investigación y la docencia, sugiero diversos puntos:
- Si van a entrevistar a menores de edad, necesitan consentimientos firmados por los padres, madres o tutores.
- El análisis de las entrevistas puede ser coherente y sólido, pero si creen que sus resultados pueden resultar ofensivos para sus informantes, revísenlos o discútanlos con sus profesores, profesoras e informantes.
- Si no tienen la preparación adecuada, no hagan entrevistas a víctimas porque pueden generar un daño al hacer que sus informantes revivan experiencias dolorosas.
- No solo usen seudónimos para sus informantes, también omitan los nombres de los lugares en donde viven o trabajan. Omitan toda información que pueda revelar su identidad personal.
- Revisen con cuidado los protocolos de seguridad cuando estén en instituciones formales, sobre todo si se trata de espacios particularmente vulnerables como hospitales o reclusorios. Más importante que la investigación es su seguridad y la de las personas que les rodean durante el trabajo de campo, gracias a las cuales es posible su proyecto.
Algunos consejos para concluir
Hacer entrevistas no es fácil, sin embargo, el proceso de aprendizaje no tiene que ser una tortura. Mis consejos se sintetizan en los siguientes puntos:
- Revisen muy bien las investigaciones empíricas sobre su tema de investigación, tómense su tiempo en identificar consensos, disensos y vacíos de información.
- Hagan de una a tres entrevistas exploratorias para afinar su pregunta y problema de investigación.
- Continúen el trabajo de campo deteniéndose en cada entrevista para identificar los puntos de interés e ir ajustando su guion.
- Hagan preguntas abiertas que den pie a historias, narraciones y experiencias. En lugar de ceñirse a un cuestionario cerrado pregunten cosas como «¿qué pasó después?» o «¿podría profundizar un poco más sobre esto?».
- No se encierren analizando sus entrevistas en soledad, discutan con amigos, amigas, profesores, profesoras, etcétera.
Cuando tengan dudas sobre la solidez de su trabajo de campo piensen que nadie, absolutamente nadie, ni siquiera el investigador más consagrado o consagrada, hizo su primera entrevista dominando la técnica. Así que no duden en lanzarse al campo y comenzar a explorar el mundo con su mirada de estudiosos y estudiosas de lo social.
Para seguir aprendiendo
Recursos sugeridos por el equipo editorial del Blog AMIDI para profundizar en el tema de la entrada.
- A partial bibliography on books and articles on how to conduct qualitative research interviews (Raul Pacheco-Vega, 2022) | Entrada de blog.
- Una coartada metodológica. Abordajes cualitativos en la investigación en comunicación, medios y audiencias (Guillermo Orozco y Rodrigo González, 2011) | Libro académico.
- What is qualitative interviewing? (Rosalind Edwards y Janet Holland, 2013) | Libro académico.
Carolina Espinosa Luna (@espinosacrim | espinosa[arroba]crim.unam.mx). Licenciada, maestra y doctora en sociología. Investigadora de tiempo completo en el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM. Tutora y docente en el Programa de Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Qué útil es este material. La claridad y los ejemplos vienen muy bien para reflexionar situaciones.
Buen material. Gracias por compartir. Me servirá mucho 🙂
Excelente tema