Frida V. Rodelo

Elección con elección se dedica tiempo y recursos a examinar la labor informativa de los medios de comunicación. ¿De dónde viene el ejercicio de monitorear los medios de comunicación y en qué nos beneficia?

Un antecedente importante de los monitoreos de coberturas informativas de campañas electorales en México es el texto Así se calló el sistema: comunicación y elecciones en 1988. Coordinado por Pablo Arredondo Ramírez, Gilberto Fregoso y Raúl Trejo, este libro editado por la Universidad de Guadalajara ofrece evidencia empírica de las inequidades en el acceso a un recurso muy preciado —el acceso a los medios de comunicación— en un sistema político diseñado para que el partido de Estado retuviera el poder político.

Desde entonces, las universidades y los institutos electorales no han dejado de realizar monitoreos de este tipo. El entonces Instituto Federal Electoral (ahora Instituto Nacional Electoral [INE]) realizó en 1994 su primer monitoreo de radio y televisión, el cual incluyó 16 noticiarios. Para el proceso electoral de 2015, el INE monitoreaba —a través de la labor investigativa de la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas de la UNAM— 503 programas. Estos ejercicios nos permiten comprobar que a través de los años la cobertura de radio y televisión ha logrado disminuir su concentración, dando paso a competencias electorales con mayor equidad en la difusión informativa. Pero, ¿cómo entender la equidad en el acceso a medios durante las campañas electorales?

La equidad en la cobertura informativa de las campañas electorales

La equidad es un aspecto polémico para quienes se dedican al periodismo y la comunicación. Para explicarlo, primero es importante considerar que una candidatura con menor acceso a medios tiene menores oportunidades de ser reconocida por el electorado, lo cual puede impactar en la manera en que es votada (Kahn, 1994). Desde este punto de vista, un acceso a medios desigual obstaculiza el que se logre una participación en condición de igualdad de oportunidades.

De acuerdo con los lineamientos recomendados a noticiarios emitidos por el INE y formulados a partir de una consulta con personas expertas de la academia y los medios: «la equidad en la difusión y cobertura informativa es un principio esencial para que exista equilibrio en cualquier competencia electoral, entendiéndose éste como la posibilidad de que todas las partes involucradas los actores políticos sean tratados con igualdad de criterio en los espacios informativos dedicados a cubrir el Proceso Electoral» (I-1).

La igualdad de criterio en el tratamiento informativo de las y los participantes en la contienda electoral comprende aspectos de cantidad, pero también de cualidad de la cobertura informativa. Es decir, por un lado, el otorgar cantidades de espacios y menciones a las fuerzas políticas y candidaturas que permitan la presencia de todas. Por otra parte, que las coberturas sobre las distintas candidaturas estén libres de discriminación y de favoritismos o criterios parciales.

La posibilidad de la igualdad de criterio para el tratamiento informativa de las y los participantes es frecuentemente confundida con la noción de brindar exactamente la misma cantidad de espacio a cada candidatura, y, como tal, es fácilmente rechazada por las personas de medios aludiendo a la implausibilidad de lograrlo y al conflicto entre esta forma mal entendida de igualdad de criterio y los principales valores noticiosos. Por si fuera poco, como vimos anteriormente, la equidad en la cobertura informativa no se reduce a qué tanto son mencionadas las personas candidatas sino que también comprende el qué y cómo se habla sobre estas.

Pero, además, los monitoreos de coberturas informativas electorales en los últimos años no se limitan a dar cuenta de la equidad en la difusión de información sobre las candidaturas. La madurez de nuestra democracia también ha traído que se retomen otros principios en la cobertura informativa de elecciones cuya aplicación es susceptible de medirse de manera sistemática mediante estudios de monitoreo. Estos principios se desprenden del creciente reconocimiento social de valores tales como el pluralismo, la diversidad social, la no discriminación y la responsabilidad social de los medios. Por ejemplo:

  • Realizar una cobertura informativa que no normalice las desigualdades entre hombres y mujeres y que no promueva la violencia política por razón de género.
  • Reflejar la diversidad social dando cobertura a las candidaturas en condiciones de igualdad independientemente de su género, origen étnico, edad, condición de discapacidad, etcétera, y absteniéndose de reforzar estereotipos que afectan a grupos en situación de discriminación.
  • Lograr un equilibrio informativo en el que se difundan las plataformas electorales, principales temas en debate y las posiciones políticas de partidos políticos y personas candidatas.
  • Contribuir a que la ciudadanía reciba información diversa y precisa sobre las cuestiones electorales. Por ejemplo, a partir de difundir las aclaraciones metodológicas suficientes para interpretar los resultados de encuestas.

Con todo, de vez en vez hay personas que rechazan los monitoreos, haciéndolos ver como prácticas limitadoras o intimidatorias del ejercicio periodístico. Cabe aclarar que, aunque los monitoreos de coberturas informativas con frecuencia son financiados por los organismos electorales, estos no se realizan con el objetivo de coartar libertades o de establecer resultados con efecto vinculatorio.

Entonces, ¿cuáles son los beneficios de los monitoreos de medios? 

Karen Ross y Cynthia Carter (2011) establecen que los monitoreos pueden fungir como herramientas para la mejora del trabajo periodístico (y por ende, para la mejora del espacio público), primero, al permitir que las audiencias, activistas, personas de medios, profesorado, etc., entiendan las representaciones de los medios para actuar ante estas de manera informada y razonada. Segundo, al ofrecer un fundamento para las evaluaciones y las críticas que se realizan del desempeño de los medios. Tercero, brindan la retroalimentación que las y los trabajadores de medios necesitan para mejorar su desempeño, esto es, para mejorar el servicio que proporcionan en la sociedad democrática.

Además de la mejora del trabajo periodístico, los monitoreos pueden surgir de agendas de cambio social, como lo es la igualdad de género. Según Ross y Carter (2011) —promotoras del Global Media Monitoring Project, uno de los más grandes proyectos mundiales de monitoreo de medios—, los monitoreos evidencian «que los medios tienden a representar la realidad de maneras que benefician a aquellos en posiciones de poder dentro de la sociedad en un proceso de reproducción y mantenimiento hegemónicos del statu quo» (p. 1152). Asimismo, dicen, los monitoreos permiten documentar la manera en que los sistemas globales de información y comunicación contribuyen a la perpetuación de inequidades en la vida cotidiana, por ejemplo, al invisibilizar a grupos sociales o al promover estereotipos que refuerzan prejuicios sobre estos.

Lo anterior puede constatarse en el persistente desbalance de género en las coberturas electorales, pues debido a factores que vienen de dentro y de fuera de las redacciones periodísticas, las candidatas todavía suelen obtener menor cantidad de cobertura mediática. O en la (sub)representación de candidaturas de pueblos originarios, personas con discapacidad y personas de la diversidad sexual, pues a pesar de que estas son poblaciones con necesidades específicas y justificados reclamos, por diversas razones suelen no gozar de una representación política ni tampoco de una representación mediática que las visibilice y las posicione públicamente como individuos sujetos de derecho.

Para seguir aprendiendo

Frida V. Rodelo (@FrRodelo). Profesora en la Universidad de Guadalajara y Doctora en Ciencias Sociales por la misma institución. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores de Conacyt. Investiga prácticas y encuadres periodísticos, con énfasis en procesos de mediatización de la política, precarización de condiciones del trabajo periodístico y representación mediática de candidatas. Forma parte del consorcio de investigación Worlds of Journalism México. Fue directora ejecutiva y realizó el diseño metodológico del Monitoreo de radio y televisión del proceso electoral concurrente del 2020-2021 de Jalisco.

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